Lo más importante para tener una piel sana es empezar por una correcta higiene e hidratación. Si tu piel es joven y no presenta ningún inesteticismo, pero la notas apagada y si luz, una limpieza profunda trimestral le devolverá la textura y luminosidad perdidas, desprendiendo las células muertas, afinando su textura y disminuyendo el diámetro de los poros.
Si tu piel presenta signos de envejecimiento prematuro, una adecuada higiene e hidratación serán el inicio de cualquier tratamiento de estética posterior ya que permitirá que la piel esté más oxigenada y absorba mejor cualquier producto.