MI BEBÉ LLORA, ¿TENDRÁ CÓLICOS?
En ocasiones los bebés lloran de forma enérgica, se retuercen mostrando dolor, encogen y estiran sus piernecitas… no hay nada que los calme ni los consuele y no consiguen conciliar el sueño. Si esto le sucede a tu bebé y sobre todo es a últimas horas del día, piensa que puede padecer cólicos.
¿QUÉ ES EL CÓLICO DEL LACTANTE?
El llamado “CÓLICO DEL LACTANTE” se define como un espasmo o contracción dolorosa del intestino como mecanismo de defensa. Forma parte de un período de adaptación que aunque no se sabe exactamente la causa que lo provoca, se intuye que es a consecuencia de la inmadurez del aparato digestivo y del sistema nervioso del bebé.
Se considera un síndrome, no una enfermedad, ya que es un conjunto de signos y síntomas que presentan los bebés entre los 15 días de vida y los tres primeros meses, aunque hay casos de bebés con escasos días e incluso un año de edad que lo padecen.
¿QUÉ SÍNTOMAS Y SIGNOS PROVOCA?
Entre estos síntomas, cabe destacar el lloro inconsolable entre las últimas horas de la tarde y primeras de la noche, regurgitación, vómitos, dificultad en la expulsión del eructo, estreñimiento, alteración del sueño…
¿CÓMO PUEDO SOLUCIONAR EL PROBLEMA?
Hasta ahora, se ha demostrado que la TERAPIA MANUAL es el único tratamiento capaz de regular esta alteración, puesto que no existe ninguna medicación ni otra terapia que lo resuelva. El único método demostrado que mejora o elimina los síntomas del problema es el llamado MÉTODO RUBIO DEL CÓLICO DEL LACTANTE.
El “MÉTODO RUBIO” empleado en Fisbel, ha sido desarrollado basándose en la observación y la experiencia que desde 1996 se lleva a cabo tras el tratamiento de más de 10.00 bebés. Con esta técnica, se obtiene un resultado de mejoría o desaparición del síntoma superior a un 90 %.
Dicho método consiste en la realización de maniobras suaves realizadas externamente con la mano del fisioterapeuta sobre el abdomen del bebé. Se realizan dos sesiones principales de 45 minutos de duración (aunque en ocasiones se eleva a 3-4 sesiones) espaciadas entre 5 y 7 días, además de aconsejar a los papás sobre la higiene y alimentación del pequeño. Con la técnica, se consigue armonizar, flexibilizar y elastificar el aparato digestivo incidiendo así en la alimentación, asimilación y eliminación de residuos que se traduce en una mejora en la expulsión tanto de gases como de heces, mayor facilidad en el eructo, reducción de los vómitos y regurgitaciones y como efecto secundario mejora el bienestar del bebé y la calidad y tiempo del sueño.